EL DESPERTAR DEL BÚHO
Este artículo de José Guadalajara inaugura una nueva sección en la revista COVIBAR en la que los miembros de Escritores en Rivas colaborarán cada mes con sus escritos de literatura, arte, historia, ciencia y sociedad. El búho, como muchos escritores, es ave silenciosa que caza en la oscuridad.
https://www.covibar.es/ Mes febrero, nº 304 Página: 31
¿QUE NO LEEMOS?
José Guadalajara
Roberto cuenta estrellas y lee el cielo nocturno. Laura se encierra en su cuarto y se lee todos los días del calendario. Nora lee su propia historia cuando sube los peldaños de la escalera y Enrique camina por la calle Cervantes, aunque no sepa quién es el Caballero de la Triste Figura.
Cada uno forma su universo intransferible de lecturas: hay lectores de recetas de cocina; lectores de grafitis que manchan los muros de la ciudad; lectores de instrucciones para montar la lámpara del Ikea; lectores de prospectos farmacológicos, lectores de tuits en Twitter y hasta lectores de puertas traseras de aseos públicos donde se fosilizan los mensajes más peregrinos.
También hay lectores de libros, esos que leen sesudos estudios científicos o monografías de Historia, esos que galopan a caballo sobre una novela de aventuras, que se mueren en un cuento con el protagonista o que suspiran de amor entre los versos de Benedetti. Hay también libros con dibujos y colores que leen padres que no leen, libros que, paradójicamente, compran a sus hijos con la intención de que lean. Y hay libros que son como jarrones, figuritas de porcelana, fotografías enmarcadas; libros en posición de firmes sobre una estantería en la que bostezan de viejos sin que nadie les alargue la mano, porque ya representa bastante esfuerzo leerse el título del lomo.
¿Quién ha dicho que no leemos? ¿Has sido tú? Más vale que te tapes la boca o que te cosas los labios con bramante para que dejes de difundir necedades. Aquí, en España, lee todo el mundo, hasta los padres lectores de cuna o cama, esos mismos que llegan a las ferias del libro y se inflan a comprar cuentos infantiles, pero a los que, luego, les entra pavor y pasan de largo ante las novelas, los libros de poemas y los ensayos.
No importa. Arrellanados en el sofá o haciendo equilibrios en el vagón del metro, compensan su ingravidez agarrados al teléfono, que ya no es solo teléfono, sino móvil que nos mueve más deprisa que nuestros pasos. Es entonces el momento de las grandes lecturas, de ahondar en las profundidades, de bucear entre los cientos de mensajes de Instagram o Facebook, de leer el último chiste sobre las vacunas o de reflexionar sobre la sexta ola de un mar donde abundan los peces y los conspiranoicos. Me gusta verlos reír o arrugar el entrecejo mientras, bajo el traqueteo del vagón, me recreo con el último bombazo que me llega de mi grupo de whatsapp.
¡Que no leemos! ¿Quién lo dijo?
Ahí están las pilas de libros de concursos amañados que ponen ante nuestros ojos las grandes editoriales; ahí están las novelas de los entretenedores que nos distraen con sus pedestres argumentos y prosas facilonas, los youtubers que publican sus memeces adocenadas, pero también las exquisitas plumas de altos vuelos, los sabios y sus diatribas, los artistas de la palabra que saben lo que son las palabras. Ahí están todos. No falta ni uno.
Y, ante tanta variedad de posibles lecturas, me pregunto preocupado: ¿estaré escogiendo bien lo que leo?
JOSÉ GUADALAJARA es investigador y novelista, autor de La luz que oculta la niebla, El alquimista del tiempo, Cien microhistorias de la Historia y Fado por un rey, entre otras. https://www.joseguadalajara.com/