Sección de la revista COVIBAR en la que los miembros de Escritores en Rivas colaboran cada mes con sus escritos de literatura, arte, historia, ciencia y sociedad. El búho, como muchos escritores, es ave silenciosa que caza en la oscuridad. https://www.covibar.es/ Mes marzo 2023 nº 314 Página: 30
ESCRITOR: MITOS Y LEYENDAS
por Miguel Arenas Martín
«¿Tú has escrito una novela?». Eso me preguntaron, con frecuencia, tras publicar mi primer libro. Esa cuestión admitiría muchas interpretaciones y todas tendrían que ver con el título de este artículo. En mi caso personal, lo más probable es que expresase sorpresa e incredulidad ante tan drástico cambio de actividad tras mi jubilación. Pero no quiero hablar de mí, sino de ese cada vez más ingente colectivo al que me atrevo a decir que pertenezco. La cuestión existencial a plantear es ¿qué es realmente un escritor?
Para una persona madura y con la imagen de Paco Umbral o Cela en la cabeza, el escritor debería ser una persona referente para una sociedad, culta, protestona, maleducada y obsesionada por hablar de su libro. Para un miembro de la «generación Z», que solo obedece a lo que dicen los influencers, un escritor sería, probablemente, algo en proceso de extinción. Unas palabras escritas con tinta sobre el blanco y negro de un papel, y que necesitan agruparse en varias frases para describir un hecho, no podrían transmitir, según ellos, la fuerza de un video con imágenes retocadas y acompañadas de frases estereotipadas, bailes y performances. Si le preguntáramos a un economista, él diría que un escritor es alguien que vive de vender muchos libros. Para un inspector de Hacienda sería alguien que paga muchos impuestos por sus regalías. Si me atuviera a los requisitos que me pidieron para afiliarme a una afamada asociación, bastaría con tener un libro publicado con su ISBN correspondiente. El escritor tiene un binomio inseparable que es su lector. No osaré cuantificar el número mínimo de lectores que se necesitarían para ganarse el derecho a ser llamado escritor. Tampoco hablaré como requisito obligatorio el respetar y dominar las normas ortográficas, sintácticas o de estilo. Así podríamos seguir hasta agotarnos buscando respuestas plausibles a esta pregunta.
Gracias a las nuevas tecnologías y a la autopublicación, la escritura se ha popularizado. Antes solo se podía publicar a través de la llamada edición tradicional con editoriales. Eso cerraba el paso a quienes no tuvieran los medios para llegar hasta ellas. ¿Nos obliga esta globalización a establecer una nueva definición de la escritura, acorde a los nuevos tiempos, y que huya de cualquier mito o leyenda previos? Esta cuestión, sobre todo, preocuparía a aquellos que estuvieran interesados en mantener el estatus, como élite, de los escritores tradicionales. Para ser médico o abogado, por ejemplo, se piden varios años de estudio y titulaciones acordes a la materia; ¿sería justo y necesario pedir eso mismo a un escritor?
Para no seguir haciendo amigos o enemigos entre mis colegas, concluiré recurriendo al sanctasanctórum de la RAE y transcribiré las acepciones reconocidas para la palabra escritor[1]:
- Persona que escribe.
- Autor de obras escritas o impresas.
A veces en la vida hay que evitar añadir más entropía[2] al caos que nos circunda. Quedémonos con estas definiciones y que sea la inexorable autoridad de los lectores, actuales o futuros, la que dicte sentencia.
[1] Diccionario de la lengua española, actualización 2022
[2] Magnitud termodinámica que mide la parte de la energía no utilizable para realizar trabajo.
MIGUEL ARENAS MARTÍN es licenciado en Ciencias Físicas y escritor. Autor de los libros Doble vida en el laberinto, La realidad que el espejo esconde, Culpa de sangre, Una verdad de papel, entre otros.