Palabra de mercader

EL DESPERTAR DEL BÚHO, sección en la revista COVIBAR en la que los miembros de Escritores en Rivas colaboran cada mes con sus escritos de literatura, arte, historia, ciencia y sociedad. Mes de junio, nº 317

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PALABRA DE MERCADER

Cristina Gallardo

La labor de los mercaderes de libros fue extraordinariamente relevante durante los años que dieron su nombre al Siglo de Oro español, periodo que, desde el punto de vista literario, abarca desde la publicación de la Gramática castellana de Antonio de Nebrija hasta la muerte de Pedro Calderón de la Barca.

Su minucioso trabajo de difusión del conocimiento a través de las letras favoreció que la cultura, los avances científicos y el humanismo en sí estuvieran al alcance de unos pocos ilustrados en los que recaía la labor de guiar a un pueblo dormido, que aún tenía mucho camino por delante hasta alcanzar la tan ansiada libertad de pensamiento.

Atrás quedaba el supuesto oscurantismo de la Edad Media, donde los libros vivieron silenciados, cautivos tras los gruesos muros de los monasterios, donde el conocimiento moría sin haber visto la luz. ¡Qué tristeza me produce recordar tanta infamia!

Afortunadamente, el oficio de mercader sigue vivo, más vivo que nunca. Hoy se nos denomina escritores, editores y libreros. Tengo la suerte de que en mí se engloban las tres facetas, pues escribo, edito y vendo mis novelas, y, aunque somos muy diferentes, muchos vamos de pueblo en pueblo, como antaño lo hacían feriantes y mercachifles de poca monta, desplegamos las mantas sobre los mostradores, colocamos nuestros libros, y desnudamos, por unas pocas monedas, nuestras almas.

Pero hoy vengo a deciros que somos más que vendedores. En nosotros recae la noble misión de quien sabe que se enfrenta al oscurantismo, no solo el del pasado, sino al que se esconde tras las endebles democracias de nuestros días. No nos engañemos, estamos en peligro. Siempre habrá en algún lugar del mundo un dictador, un clérigo, un visionario, un misógino, un homófobo o un xenófobo dispuesto a silenciarnos. Habrá lugares donde los niños no tendrán acceso a la educación, pues nacerán del odio y portarán armas en vez de mochilas; habrá niñas que deberán hacerse invisibles para que su lucidez y fortaleza no sean una amenaza para los hombres débiles.

Pero, desde esta pequeña ventana, yo les digo: ¡temednos!, porque somos los hacedores del trueno y los ojos de la tormenta; podemos cambiar el pasado e imaginar el futuro; separar las aguas y desatar plagas bíblicas; descubrir estrellas lejanas viajando más allá de la velocidad de la luz; devolver la vida a especies extintas; desafiar y derrocar gobiernos; sentarnos a la mesa de filósofos y estadistas. Ponemos rostro a los oprimidos, a los golpeados, a los que sufren las injusticias, a los esclavos, a los que miran para otro lado, a los que se benefician, a los que permiten que nuestro planeta agonice.

Cuando nos veáis tras los mostradores de los stands, en las ferias de los libros, mostradnos vuestro respeto con una sonrisa, y recordad, si os lleváis alguno de nuestros libros, que deberéis comprometeros a darle cobijo entre vuestras manos y que no permitiréis que ninguna hoguera lo destruya.

Yo, por mi parte, me comprometo a no bajar nunca la guardia. Palabra de mercader.

CRISTINA GALLARDO. Escritora. Ha publicado las novelas Donde sueñan los almendros, De donde yo vengo… no hay gaviotas y La rebelión de los papamoscas.

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