“No hay lectura ingenua. Creer que leemos sin tendencia es no darse cuenta de que la llamada lectura ingenua son las “gafas” con las que los modelos ideológicos imperantes deciden que leamos para que nada cambie. Al hablar de lectura queda implicada una mirada; por lo tanto, siempre está en juego el deseo inconsciente. El que lee tiene que transformar (interpretar) lo que lee y, al mismo tiempo, transformarse en su lectura. Quiere decir que si sigue igual a sí mismo luego de haber leído un libro, no leyó”.
“El deseo de saber es una de las pocas opciones de libertad en el mundo que nos ha tocado vivir”.