“Solo tengo medio corazón. Me falta un trozo, Hugo, se me cayó. Aunque te suene extraño, es verdad, te lo prometo.
No siempre fue así, hace tiempo estaba completo. Pero un día se partió y perdí una de las partes, no sé dónde habrá ido a parar. Quizá se partió el día que descubrí que mi padre no tenía brazos. No pude soportar la idea, huérfana de abrazos para siempre.
Me falta medio corazón, Hugo, se me cayó un pedazo, justo el de la ilusión, el de la alegría. Ojalá hubiese sido al revés y hubiese perdido el otro, el del temor, el del desánimo. Pero no, ese se quedó.
Pero entonces apareces tú, Hugo, y de repente, sin previo aviso, llega la esperanza.”
KICHAY, de Alejandro Romera. Chiado Editorial